Respira, mastica y… ¡Salud!


¿Respiras a menudo de un modo superficial? Además ¿lo haces de una manera cómoda y placentera para ti o sientes que para respirar plenamente debes hacer un esfuerzo? Son muchos los factores que condicionan el modo en que respiras pero el sedentarismo y el estrés, tan habituales en la sociedad en que vivimos, le afectan negativamente.

 Sin embargo una respiración eficaz y por tanto profunda, rítmica y fluida, aporta muchos beneficios a tu salud y bienestar. Hoy, quiero poner el foco sobre uno de ellos: mejora el funcionamiento de tu aparato digestivo, haciendo tus digestiones más fáciles y favoreciendo la asimilación de los nutrientes.

Si quieres cambiar o fortalecer un hábito, entender cómo funciona eso que deseas cambiar te ayudará a conseguirlo. Así que recordemos el aparato respiratorio, con sus vías respiratorias, los pulmones y el diafragma, ese músculo grande y potente en forma de cúpula que separa nuestra cavidad torácica de la abdominal. Vamos a visualizar el diafragma:

Como si fuera un ascensor, sube y baja a lo largo del día al ritmo de tu respiración, o sea, algo más de 20.000 veces al día. En ese ir y venir, va presionando las vísceras alojadas en el abdomen, haciendo un suave y rítmico masaje sobre ellas, y permitiendo así su óptimo funcionamiento. Además, esas presiones que ejerce sobre las vísceras permiten que la circulación sanguínea en ellas sea mejor. Todo ello, facilita su funcionamiento óptimo y por tanto que lo que comes, te siente mejor.

Por otra parte, una respiración rápida, superficial o poco rítmica, te llevará a comer más deprisa, probablemente más cantidad y masticar peor, con las repercusiones negativas que ello también tiene sobre tus digestiones y asimilación de nutrientes. Además, al respirar profunda y rítmicamente activas la parte de tu sistema nervioso que se encarga de que te sientas relajado y de poner los órganos digestivos en funcionamiento.

Masticar concienzudamente y respirar de un modo eficaz, por tanto, son hábitos tan importantes como el tipo de alimentos que eliges o el modo en que los preparas.

Pero ¿cómo puedes integrar en tu vida cotidiana una respiración eficaz? En primer lugar, activando el piloto de la “conciencia”, observando con frecuencia cómo estas respirando y recordando los beneficios que puede tener para ti. Puedes“programarte” unos momentos para ello: mientras comes, mientras vas en el coche, cuando estás en una situación desagradable o simplemente recordándola, etc  ¿cómo es tu respiración en cada uno de esos momentos?

Además, practicar ejercicios de respiración te ayudará a mejorarla y entrenarás tu atención a enfocarse en una sola cosa en cada momento, lo cual en sí mismo aporta tranquilidad y sensación de eficacia.

Como pequeño paso de acción te invito a observar tu respiración ahora mismo durante un minuto. Explora con curiosidad su profundidad, el sonido y la sensación que te produce el aire al pasar por tus fosas nasales. ¿Empezamos?

 


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