Comienzan las vacaciones para muchos, días en los que se busca descansar o descubrir nuevos rincones, disfrutar del mar, el monte…Donde fuera que te encuentres, si estos días eliges dedicar más tiempo a ti y a tu bienestar, pueden ser una buena oportunidad para experimentar y practicar un modo distinto de tomar los alimentos, de romper con ese hábito a menudo mantenido durante meses debido a la actividad laboral, o las responsabilidades fuera del trabajo. Me refiero al hábito de comer sin masticar lo suficiente, porque crees que no tienes tiempo, o porque comes mientras trabajas o envías mensajes por el móvil.
Sin embargo, y aunque a menudo nos parece muy difícil, comer relajados y masticar concienzudamente los alimentos es fundamental para una óptima digestión y asimilación de los nutrientes. Además, permite disfrutar más del sabor, aroma o textura de los alimentos. Si comer es un placer, ¿por qué limitamos ese momento, haciéndolo que dure menos y no facilitando que los sentidos nos deleiten?
Puedes integrar la cita «come como si bebieras y bebe como si comieras». O lo que es lo mismo, bebe a pequeños sorbos moviendo levemente la mandíbula como si estuvieras masticando, para que la bebida se mezcle con la saliva, y mastica los alimentos sólidos hasta que adquieran consistencia líquida.
Además de una masticación completa, otros gestos pueden ayudarnos a comer de una manera más tranquila y consciente, como hacerlo sentado, sirviéndonos la comida en el plato y de un modo agradable para nuestra vista o hacer alguna respiración profunda antes de empezar a comer o entre algunos bocados.
Un ejemplo más de que los actos más sencillos, pueden traernos grandes beneficios.
¿Dónde quieres poner el foco estas vacaciones mientras comes?